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Enfermedades de la Vesícula deben ser atendidas oportunamente


Difícil prevenirlos, pero cada vez más fácil de ser eliminados. Se trata de los temidos cálculos a la vesícula, que aparecen en el 35% de las mujeres y 20% de los hombres a lo largo de sus vidas y que constituyen no la única, pero si la más frecuente afección a la vesícula.

El doctor Alejandro Langberg, director del Centro Especializado en la Vesícula Biliar de la Clínica Medavan, sostiene que “no es un órgano vital, La función que cumple es de almacenar y concentrar parcialmente la bilis segregada por el hígado hasta ser requerida por el proceso de la digestión; sin embargo uno puede vivir sin ella, pues en su ausencia, la cantidad y calidad de bilis que se almacena y circula por el conducto biliar es suficiente para la digestión, más aún, constatamos que nuestro organismo en forma natural ensancha ligeramente el conducto biliar cuando no tenemos vesícula, supliendo la capacidad ausente” dice.

Según indica el especialista, las enfermedades de la vesícula son muy comunes.

Entre los factores de riesgo están los hereditarios, la obesidad, los embarazos, la edad, la diabetes, la cirrosis, recibir alimentación intravenosa por tiempo prolongado y ciertas operaciones para úlceras pépticas.

Se sabe que algunos cálculos se forman cuando hay demasiado colesterol o bilirrubina en la bilis. Otros cálculos se forman si no hay suficientes sales biliares o si la vesícula no logra vaciarse adecuadamente.

Un tipo de cálculos biliares, llamados cálculos de pigmento, tienden a ocurrir en personas que padecen afecciones médicas que hacen que el hígado produzca demasiada bilirrubina. Los cálculos de pigmento también son más comunes en personas con cirrosis hepática e infecciones de las vías biliares.

Por lo general los cálculos biliares se descubren cuando se toman ecografías, radiografías de rutina, en una cirugía abdominal u otro procedimiento médico. Los síntomas generalmente se presentan cuando un cálculo bloquea el conducto cístico o el conducto colédoco. El conducto cístico drena líquido (bilis) desde la vesícula hacia el conducto colédoco, el conducto principal que desemboca en el duodeno. Juntos, estos conductos forman parte del sistema biliar.

Un cálculo que bloquea la abertura de la vesícula o el conducto cístico generalmente produce un dolor de tipo cólico desde la mitad hasta la parte superior derecha del abdomen, lo cual se conoce como cólico biliar. El dolor desaparece si el cálculo se regresa hacia la vesícula o logra pasar hacia el conducto colédoco, ya en este conducto el cálculo puede bloquear también la salida de bilis en el extremo final del conducto colédoco o pasar a la primera parte del intestino delgado (el duodeno). Si el cálculo no pasa hacia el colédoco ni se regresa a la vesícula, se provoca una colecistitis aguda, que constituye un cuadro de emergencia. Si el cálculo se queda detenido en la parte final del colédoco provoca colangitis o pancreatitis que de no ser atendida rápida y vigorosamente puede comprometer la vida de quien la padece.

Esto último es muy relevante cuando tenemos en cuenta que los tratamientos naturistas en su mayoría están esperanzados en el tránsito del cálculo de tamaño pequeño desde la vesícula a el intestino pero con un evidente riesgo de complicación severa.

Por ello, el Dr. Langberg aconseja a los pacientes que ya tienen un diagnóstico de cálculos biliares que requieran de intervención quirúrgica, no pasar por alto esta indicación ni postergar innecesariamente el acto quirúrgico.

ALGO MAS QUE CÁLCULOS

Si bien los cálculos constituyen las afecciones más frecuentes, también existen otras relacionadas a este órgano como son los pólipos, inflamación crónica por bacterias o parásitos, fibrosis de la desembocadura, barro biliar, calcificación de sus paredes y el temido cáncer.

Según explica el doctor Langberg no todas las personas presentan síntomas que alerten sobre patologías en la vesícula, por ello aconseja sospechar del dolor abdominal en la boca del estómago o al lado derecho superior del abdomen con irradiaciones al tórax, náuseas y vómitos, distensión abdominal y otras molestias digestivas. “Estos síntomas pueden ser un anuncio de que se acercan una serie de complicaciones que pueden llegar a ser muy graves si no se soluciona el problema a tiempo” sostiene el galeno.

Dentro de las complicaciones a las que se refiere están: la infección de la vesícula biliar (colecistitis aguda), infección de la bilis del conducto biliar (colangitis), abscesos hepáticos, fístulas, inflamación e infección del páncreas (pancreatitis) y el cáncer entre otras.

RAPIDA SOLUCION

Hace unos años surgió la cirugía laparoscópica como alternativa a la cirugía convencional. Tenía como ventajas la mínima invasión, y la notable reducción de las complicaciones post operatorias. Sin embargo se requería la permanencia del paciente en la clínica u hospital por un período de 48 horas. Actualmente el avance de la tecnología, como las cámaras digitales (mejoras notables en la calidad de la imagen) unida a la anestesia endovenosa prácticamente desaparecen la posibilidad de alguna complicación y de las molestias post-operatorias, por lo que ya se está practicando en nuestro país la Colecistectomía Laparoscópica Ambulatoria , esto quiere decir, que el paciente puede ser dado de alta el mismo día de su intervención después de algunas horas de internamiento y observación (4 a 6 hrs.) obteniéndose un resultado más seguro y una recuperación aún más rápida, de mayor confort y menos costosa.

Finalmente el Dr. Langberg precisa que el diagnóstico de las enfermedades de la vesícula biliar se realiza básicamente mediante ecografía y advierte que no todo paciente que tiene imágenes anormales en la vesícula biliar debe necesariamente ser sometido a cirugía, sino que debe de ser evaluado juiciosamente, para decidir primero si debe operarse y de ser así, el momento oportuno.

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